Cuando empiezas a coser estás tan feliz con cualquier cosa que salga de tu máquina que te la pones orgullosa aunque vaya sin sobrehilar y se caiga a cachitos. ¿Verdad? Después poco a poco te vas fijando en los detalles y ya no solo te vale que la prenda no se caiga a trozos sino que quieres que se vea bonita y pulida por fuera y el siguiente paso (nivel freaky deluxe) es que sea igual de bonita por dentro (o más). Es entonces cuando pasas horas mirando los acabados y si detectas un fallo….. te lo recuerdasa una y otra vez rollo masoquista.

Si todo esto te suena este tutorial es para ti. En nada te saldrán unas esquinas chachi pirulis dignas de admiración. En las fotos tienes a la izquierda una muestra en tela y a la derecha una en papel así creo que queda más claro.

PASO 1

Tal y como se ve en el papel en líneas en lápiz marcamos con la plancha dos mini dobladillos en cada lado hacia el revés de la tela. Cuando tengas práctica ni te harán falta, lo harás directamente sin planchar. TRUCO: si le pasas la remalladora (overlock) resulta más fácil porque te indica el ancho de las dobleces y en telas muy finas es la opción que yo prefiero.

PASO 2

La primera línea diagonal (azul) se corta para que no abulte tanto y la línea diagonal interior (roja) se dobla hacia el revés de la tela.

PASO 3

Sujetamos con alfileres los dos dobladillos que hemos marcado con la plancha en uno de los lados.

PASO 4

Sujetamos con alfileres los dos dobladillos marcados con la pancha en el otro lado. Cosemos un pespunte con puntada recta, al llegar a la diagonal dejamos la aguja clavada, levantamos el prensatelas, giramos la tela 90º y seguimos el pespunte. (fíjate en las flechas del papel).

¿Ves la diferencia? La esquina de la derecha es BONITA. La esquina de la izquierda es FEA.

Este tipo de esquina lo uso en dobladillos chiquitines como en las muselinas que le he cosido al bebé, las servilletas de tela, quizás para un foulard. Aprovecha para ponerle una etiqueta o un trocito de cinta decorativa para darle un toque personal.